En un nuevo día del Señor, le ruego me haga sensible al pobre:
hambriento, sediento, miserable, desamparado, para que
pueda darle alimento material y espiritual con la Palabra.
Encomiendo a su Sma. Madre, a los que sufren privaciones,
para que desde la fe les acerque a su Hijo y sus discípulos.
Le imploro al Espíritu Santo, que me infunda el don de la caridad,
para dar con amor al prójimo necesitado, y el fruto del gozo en
la esperanza de la segunda venida de Nuestro Señor Jesucristo.
Amén.
AMGD y BVM
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