En un nuevo día del Señor, le ruego me permita contemplar su gloria,
y escuchar su Palabra desde mi corazón sufriente y herido.
Encomiendo a su Sma. Madre, a los enfermos y desvalidos,
para que su sufrimento se entregue por la salvación de otros.
Le imploro al Espiritu Santo, me infunda el don del temor de Dios,
para no apartarme de sus leyes, y no caer en concuspicencia,
y el fruto de la fe, para que borre mis dudas y temores.
Amén.
AMGD y BVM
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