En un nuevo día del Señor, le ruego que mi sufrimiento sirva
para la salvación de otros, y que pueda encontrar sosiego en el alma.
Encomiento y agradezco a su Sma. Madre, su intercesión poderosa
por la sanación de los enfermos en carne y espíritu desde la fe.
Le imploro al Espíritu Santo, me infunda el don de la piedad, para
que quite las durezas de mi corazón, y el fruto de la bondad, para
hacer el bien sinceramente, sin mirar a quien lo hago.
Amén.
AMGD y BVM