En un nuevo día del Señor, le ruego que no llore
por nosotros pecadores, no merecemos sus lagrimas,
y cada una de ella sea por la conversión de alguien.
Encomiendo a su Sma. Madre a los ancianos que
están solos para que Ella los proteja de todo mal.
Le imploro al Espíritu Santo, venga e infunda en
mi el don de la fortaleza y el fruto de paciencia,
para sostenerme en la prueba entregándome a Él.
Amén.
AMGD y BVM
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